Hace tan solo un año que estaba preparando la presentación de mi novela La Flor de Nîsser, un bravo y un soñador. No habría imaginado jamás lo que vendría luego: Con la venta de los libros empezaron a llegar las primeras opiniones de los lectores, las cuales me han llenado de entusiasmo y de ánimos para continuar con la escritura; más tarde comencé a ver mis libros en los escaparates. No era capaz de asimilar como algo tan íntimo y personal como es la escritura de un libro, estuviera ahora al alcance de todo el mundo. La sensación es indescriptible. Y todo ello gracias a Ediciones Atlantis, que apostó por la novela. Y claro, pasan los meses y llega abril 2016, las ferias de libros empiezan abrir los portones de sus casetas como si al llegar la primavera florecieran. San Fulgencio fue la primera parada, donde junto a J. F. Amorós González y Bruno Francés inauguramos la primera feria del libro que se organizaba en la localidad. Valencia y Dolores fueron las siguientes ferias donde tuve el enorme placer de asistir y para concluir, como si de la guinda de un dulce pastel se tratara, llega la feria del libro de Madrid, el acontecimiento literario más importante del país.

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Detalles como escuchar tu nombre por el altavoz ligado al título de tu novela y número de caseta donde la estás firmando y como no, estar rodeado de escritores de altísimo nivel como José Javier Esparza (con el que tuve la suerte de compartir caseta), Santiago Posteguillo, Matilde Asensi y Julia Navarro entre otros muchos, por cierto, Mario Vaquerizo también estaba firmando, pero he dicho “rodeado de escritores de altísimo nivel”… En fin,   que no podría estar más agradecido al presente que estoy viviendo, con lo que en principio, tan solo se trataba de un objetivo personal: acabar de escribir la novela que tanto tiempo llevaba entre manos. Bien, tras poner el punto y final de esta y conseguir al fin el objetivo real, todo lo que ha ido viniendo después se sale por completo de mis expectativas, por lo que os estaré a todos eternamente agradecido.